jueves, 5 de septiembre de 2019

Cobarde

A veces, me es imposible no pensar en ti.
Si cierro los ojos, aún puedo recordar tu olor, el olor que me impactó desde el primer segundo en que te acercaste, cuando me miraste a los ojos, y fascinado, me dijiste que no habías visto pupilas tan dilatadas como las mías.
No, yo no me había tomado nada esa noche.
Y sí, yo aún puedo recordarlo todo.
Tus pupilas, no tan dilatadas, no confesaban que tú no estabas en tus plenas facultades, y por eso sigo preguntándome si recuerdas mirarme a los ojos.
No, yo no puedo dejar de pensar en ti.
Y sí, yo aún recuerdo tu tercera pupila.

A veces, me sigo preguntando si tú piensas en mi.
Mi coche me recuerda a ti. Tu mano en mi pierna, tu voz cuestionándose mis capacidades de conducción, y tu mirada de fascinación.
Prometo que nadie me había mirado así, que nadie me había sentido tanto en una mirada.
Prometo que no podré mirar a los ojos de nadie como a los tuyos, ni me dirá tanto una forma de mirar.

Un 3 de marzo, unos San Fermines, un zumo de melocotón, y un hotel en la playa.
Un concierto de Lágrimas de Sangre, un "como estás" en eusquera, y la forma tan especial que tienes de transportar aire positivo y crear nueva energía.

Tú, y tu forma de decirme que no habías conocido a nadie que te viera como yo, ni que estuviera siempre un paso por delante de ti. Esa forma, tu mirada, y tu gran conmoción, fueron las razones por las que te creí.

No, no pude demostrártelo suficiente esa noche.
Y sí, me has demostrado suficiente que eres un cobarde.

Cobarde, o no te recuerda a mi un acento uruguayo?
O tu querido amigo Jon, o el genio de las pastillas?
O unas vistas al mar, y un amanecer temprano?

Cobarde, o no pudiste responderme?
O no quisiste conocerme?
O no sentiste suficiente?

Cobarde, o no me recuerdas ya?

No hay comentarios:

Publicar un comentario