No puedo dejar de pensarte. Si solo tuviera la oportunidad de decirte algo más que un simple hola... No quiero que vuelvas a pasar por delante sin más. Te quiero más cerca de lo que te puedo tener en ese supermercado, delante de una caja registradora, mirándome con suerte a un metro, y por desgracia a muchos más. No sé qué querrás decirme con esas miradas, solo espero que sea lo mismo que dicen las mías cuando te encuentro. Y es que siempre que te encuentro me quedo sin voz, y me siento ridícula, y me muero por dentro. Tantas cosas quiero decirte y saber de ti... Pensaba que no volverías, que tardaría muchos fines de semana en volverte a ver, y ahí estas, otro sábado, entrando para verme y hablarme. Y otro sábado que sale mal, que te observo de lejos, te saludo como si en ese gesto pudiera decirte que te quedes, y me miras como si alejarte te doliera. ¿Por que seguimos alejándonos si lo único que queremos en acercarnos todo lo posible?
Quiero verte. Quiero que vuelvas. Y esta vez quiero decírtelo.
No es solo suerte, es valentía, y de eso tengo mucha desde que te quiero en cotidianidad, no solo los sábados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario