Después de todo, no dudo de la existencia del destino, no dudo que todo este escrito. Será por eso que sigo teniendo fe. Fe en la vida, fe en algo metafísico, en algo más, y tal vez también fe en ti, aunque sólo sea un poco.
Fe en que no todo acaba aquí, en que el destino tiene algo más preparado para nosotros, algo más en el capítulo que lleva tu nombre y el mío.
Algo más, porque me niego a olvidarte, a dejar de mirarte como te miro, a no soñarte o a no imaginarte conmigo.
Me niego a no creer más en el amor en el que me hiciste creer. Me niego y no puedo no hacerlo. Me niego y no quiero dejar de hacerlo.
Me niego a más, a algo más: me niego a aceptar perderte así. Perderte, como si hubieras sido muy mío.
Mío no, pero algo sí, algo más.
Tal vez porque en el intento de dejar de ser desconocidos nos pasamos y fuimos muy lejos.
Tal vez porque en ese tiempo no dejamos de ser desconocidos y necesito más, tiempo y de ti. O a ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario