Algo fue diferente porque todo se le puso delante, porque por una vez, tuvo que tirarse al vacío, a lo desconocido, y lo hizo. Todo fue diferente porque no eligió lo de siempre y eso la cambió. Todo cambió. Pero cuando todo cambia, entra el miedo a lo nuevo. Tal vez un día somos valientes y tenemos el valor de volar porque la vida nos ha dado las alas, pero igual que nos las da, nos las quita, y al día siguiente cuando tienes que enfrentarte a las consecuencias de ello, lo haces tú sola. La vida sigue y ya sólo tienes delante dudas y decisiones, porque la vida es decidir, y pensamos que es difícil, pero decidir es fácil y lo difícil es aceptar esa decisión. Lo que esconde toda decisión son los sentimientos que te hacen escoger una cosa o otra, y te das cuenta de que el miedo a algo nuevo, al cambio que no esperabas, son sentimientos que estás sintiendo y no sentías, y sentir demasiado da miedo, porque si sientes, pierdes.
Podemos tomar decisiones que no sentimos, pero luego también hay que enfrentarnos a cosas, momentos, y muchos otros pensamientos que no queremos. Sentir es perder, pero si no sientes ¿qué ganas?
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