A veces te echo de menos y no te conozco. Pero te echo de menos. Echo de menos tu presencia, porque cuando estás, parece que nada más me importa, y sólo quiero que vengas y me digas algo, y con lo mínimo me conformaría, porque ya ayer, me conformaba con verte, y ahora hoy ya no te veo, y te echo de menos.
A veces pienso que sería más fácil dejar de pensarte, dejar de imaginarte y dejar de sentir que cada vez que nuestras miradas se encuentran, me estas diciendo que sí, que tú también sientes la misma conexión. Y tal vez la sientas. Pero para que nos vamos a engañar? Si sé que no va a ser así, por qué no dejo de pensarte, de mirarte, esperando que me mires? Por qué no dejo de echarte de menos y ya está? Si todo fuera tan fácil lo haría, y me obligo a hacerlo pero vuelvo a estar pensando en ti al intentar no pensarte, así que se me hace eterno el no quererte, y el echarte de menos.
Y ayer me decía a mi misma, que si no te veía, se me quitaría la tontería que te tengo. Pero hoy no te veo, y te echo de menos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario