El capricho más doloroso.

Muchas veces el amor es caprichoso, y nunca se sabe a quien atacará. Un día sois tan amigos, o ni os conocéis, y al día siguiente, uno siente amor y el otro no. O puede que sí lo sienta. Un amor no correspondido no se merece ni llamarse amor, pero todos pensamos que el amor correspondido es una suerte. Tan difícil es que sea correspondido? Tan difícil es amar y ser amado? Parece que sí. Pero no lo es. Tan solo es caprichoso y nos enamoramos sin parar, hasta que caemos, y no podemos levantarnos solos. Lo malo es que sólo puede levantarte una persona, y esa persona sólo puede ayudarte si también ha caído. Y estaréis los dos derrotados por vuestro amor, el amor que os ha hecho caer y el que os levantará cuando los dos os deis cuenta de que caísteis por la misma razón, y podéis levantaros juntos y no caer nunca más.
Así que por ser caprichoso, muchos sufren y otros no. Por ser caprichoso uno se enamora de su mejor amigo y tiene miedo a perderlo. Y aunque sea un amor correspondido, el miedo de perderse mutuamente hace que ninguno diga nada y la vida siga. Si no fuera correspondido, uno acaba levantándose solo, porque no se puede vivir siempre preso por el amor. O tal vez sigue en el suelo hasta que alguien llegue a rescatarlo. Pero que pasaría si el amor es correspondido y no se puede evitar? Las señales son obvias, pero ninguno se quiere perder, y al final puede estropearse la relación por el simple hecho de esconder un amor correspondido y un miedo a perderse. Y si el amor se mostrara y estuvieran juntos, el miedo a perder la relación que tenían y a perderse para siempre, evitaría que la relación avanzara. Entonces, donde esta la solución?
La solución acaba siendo siempre la misma. Callarse, y intentar no enamorarse.
Elastic heart.