martes, 22 de abril de 2014

La historia de una amistad.

Cuando eres pequeño la amistad es solo una palabra, aunque con sólo dos palabras tenemos a un amigo. Son esos amigos que encuentras en un parque y sin saber como os ponéis a jugar juntos. Son amigos pasajeros, no los vuelves a ver, o si los vuelves a ver puedes tener una amistad de parque que realmente no llega a más. Los amigos que tienes en el colegio sí que se pueden empezar a llamar amistad. Son a los que les contabas quien te gusta, y con los que te reías en el patio y en las clases. Cuando vas creciendo y los cursos van pasando esos amigos siguen ahí, aunque muchas veces pasan los años y van cambiando a compañeros. El colegio acaba y piensas en que sí has tenido muchas amistades, ya que esos seis años de cambios no los has pasado solo y siempre ha habido alguien a quien contarle las cosas. Ese final también es un principio y en ese trance es cuando se pierde a mucha gente y se gana a otra. Los que tenias en el colegio pueden seguir contigo o volverse compañeros y hasta desconocidos. Conoces a muchísima gente más. Son cuatro años largos lo del instituto y son en los que más necesitas a alguien en quien confiar. De esas personas que conoces, muchos los perderás, otros estarán contigo y muchísimos otros contra ti. Son cuatro años de subir y bajar, de emociones que no puedes callar y de secretos contados a personas no adecuadas. En el cuarto año, cuando ya tienes a todo el mundo con una idea de lo que son, es cuando te das cuenta de quien ha estado ahí para todo y quien para hacértelo pasar mal. Sabes en quien puedes confiar y quien después de eso no volverás a ver. Hay que algunos después de esos cuatro años te decepcionan y te das cuenta de todo lo que sabían y que en realidad no deberían saber. Con las amistades de estos cuatro años te das muchos golpes, te engañan, te lo hacen pasar mal y te decepcionan. Otras te han hecho sonreír cuando lo has necesitado, te han apoyado y han hecho de tus males un recuerdo. Y al acabar estos cuatro años son muchos los que no vuelves a ver, y de golpe, vuelta a empezar.

2 comentarios:

  1. Precioso, como siempre. Siempre haces que suelte un suspiro y me quede sin palabras.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Porque muchas veces eres la única que me entiende. Escribo teniendo siempre el apoyo de saber que lo leeras.

      Eliminar