miércoles, 22 de febrero de 2012
Día a día.
Por esas mañanas en las que no te puedes levantar para ir al instituto, porque no tienes ganas y decides que mejor sera quedarse en la cama. Pero te levantas y vas. Allí ya de buena mañana, te explican algo y te ríes; te aburres y tu inspiración crece por momentos; escuchas y aprendes demasiadas cosas; y lo miras y te sonríe. Y es que a lo mejor no es tan malo ir. Porque donde te pasarían todas estas cosas. Donde podrías estar aburrida en clase y ponerte a dibujar y darte cuenta que no lo haces tan mal; donde puedes aprender todas esas cosas que no sabias; donde te puedes reír hasta morir con tus amigos por esas tonterías que siempre están hay; y donde puedes oír esa voz que te gusta tanto pronunciar tu nombre, mirándote a los ojos y sonriendo. Al final del día te das cuenta de que no es tan malo, de que todo vale la pena en la vida. A lo mejor tienes que estudiar y eso es algo que no le gusta a nadie, pero es bonita la sensación que tienes cuando haces un examen y te lo sabes todo. Porque fijándote en los pequeños detalles, aprendes a valorarlos.
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