¿Qué hacía un chico como tú con una chica como yo?
¿Alguna vez te lo preguntaste?
Un chico con intereses diferentes, con una sola motivación y sin ver más allá de ello. Y bien lo sé yo que sólo te preocupaba eso y nada más... Y no yo.
Un chico con esa sonrisa y con ese encanto pudo enamorar a cualquiera con sólo una mirada. Y ojalá no lo dijera por experiencia y fuera fácil olvidarla...
Un chico como tú tuvo que enamorarse de una chica rota por dentro que nunca expresó como de verdad se sentía, y una chica como yo tuvo que enamorarse del chico que quiso dejar de estar roto y esconder todo lo malo para que yo no lo viera, para que no cayéramos juntos.
Error. Caímos los dos y fue en tu vacío, aunque te fuiste y me dejaste en el mío propio que ya estaba lo suficiente hondo como para no ver más allá de ti y lo suficiente lleno para ahogarme en él.
Un chico como tú, tan embaucador, y yo, tan falta de algo como tú que te creí; una chica como yo que nunca te busqué y al verte sabía que te había encontrado, y tú, que me dejaste creer que nos encontramos a la vez; los dos tan metidos en una historia que no nos dimos cuenta de que no era la misma.
Tantas historias pudimos crear... Tantas historias como mentiras dijiste, como promesas me hiciste.
Y finalmente ¿qué importa quien dijo qué? En el recuerdo de todo lo que dijimos y lo poco que compartimos gana el sentimiento, y sin ese sentimiento ya no te recordaría ni serías real porque sé que las palabras las podrá decir cualquiera, mejor o peor, de una forma u otra, pero los sentimientos nunca serán los mismos.
Sólo espero que lleguen más sentimientos, y no de ti, pero sí como los que sentí.
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