El "Sí" presente.

El tiempo pasa y ya se acaba el año. Uno más, pero no uno cualquiera.
Cada año es diferente. Ya se puede vivir en la monotonía absoluta, teniendo un horario realmente estricto, que al final del año uno siempre encontrará cosas nuevas, recuerdos de coses diferentes, ya sean felices o tristes, y cosas que se han aprendido por experiencia.
Se acaba el año y siempre se piensa en los momentos en los que uno falló y se vuelve al "¿Y si...?" "¿Y si hubiera hecho esto y no lo otro?" "¿Y si hubiera dicho eso que no dije?"
Pero ¿qué pasa con todo lo que sí se hizo, con todo lo que sí se dijo?
Se recuerdan las malas decisiones y las decisiones no tomadas, pero a veces las malas decisiones desembocan en cosas buenas y el no tomar una decisión se convierte en una decisión, ya tenga una repercusión buena o mala en nuestras vidas.
Hoy puedo decir que todas las decisiones tomadas este año han repercutido en mi vida de alguna forma, y al final eso es lo importante: el hoy.
Porque ¿Para que pensar en las decisiones que tomé, si lo importante es el resultado?
Torturarnos pensando en el pasado es muy egoísta sabiendo que hay cosas en el presente que necesitan más atención que lo que fue o lo que no pudo ser.
¿Y si por pensar tanto en el pasado perdiera la oportunidad de ver algo que está pasando en el presente? Eso no podría perdonármelo, y volvería a pensar en el pasado y a perderme algo presente, y así, sucesivamente.
Torturarnos con los "¿Y si...?" es lo más inútil que se puede hacer. Uno está donde está por no haber tomado otra decisión que la que tomó, por haber hecho algo y no lo contrario, por haber actuado sin el "¿Y si...?".
¿Y si utilizamos el "¿Y si...?" para el presente y directamente nos dejamos de "¿Y si...?" y lo hacemos?
Entonces nada de "¿Y si...?", nada de preguntarnos: "¿qué pasaría?"; entonces hagámoslo y dejando de cuestionar tanto desaparecerá el "¿Y si...?" de nuestras mentes para dejar paso al "Sí" que tanto necesitamos.