miércoles, 19 de noviembre de 2014
Sigo aquí, pero el tiempo no.
Cuando no haces las cosas que te gustan la vida pasa tan lenta. Parece que fue hace una eternidad cuando aún me levantaba temprano para ir a la piscina o a la playa, cuando tenia insomnio en las noches por el calor y no tenia porque preocuparme, porque al día siguiente todo seguiría igual, y podía permitirme dormir todo lo que quisiera. Hace una eternidad de todo aquello, y a la vez podemos decir que hace tan solo dos días, y que tan solo faltan tres días para que todo vuelva a ser igual. Parece tan largo un día, un mes, un año... Y al fin y al cabo ya cambiamos de año. Un mes y medio para que este año termine y vuelvan las interminables proposiciones que no se cumplen y la cuenta de los días, la cual pierdes al llegar a los tres meses. Quien lo diría, un año. Y el tiempo me sigue pasando, escapándose, y ya no puedo escribir, ni puedo leer, y casi ni puedo vivir... Todo quejas, pero en realidad no es todo tan malo, ni tampoco lo hago en vano. Algún día todo este esfuerzo, todo lo que hacemos hoy tendrá sus beneficios mañana, y si no es mañana, algún día llegará. Días hay mucho, aunque el tiempo parece que cambie de el fin de los días, a la eternidad absoluta.
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