Sus días eran de lo mas normal, al salir de casa, se encontraba con su mejor amigo, Danny, del cual empezaba a sentir cosas, o no. Estaba muy confundida, eran amigos de hace años, pero un día pensó en lo atractivo que era, en lo bueno que era... Y claro, el chico perfecto. Era un chico, que no traía problemas, que era maduro y sabia muy bien lo que iba a hacer siempre. Al que no veías en la calle con problemas. Ese era Danny. Todas las mañanas iban juntos al instituto, ya que iban a la misma clase. Iban a cuarto de la ESO, y ya tenían planes de estudio para el futuro. Vivir juntos, estudiar cada uno su oficio, y trabajar las horas libres para pagar el piso. Vida sencilla para ellos, ya que estaban acostumbrados a estudiar y muy decididos.
Aquella mañana, Ruth al despertar, se asomo a la ventana, a presenciar ese buen día. Y en aquella pared que había enfrente, un graffiti hecho aquella misma noche. "Sintiéndote cerca en mis sueños, te alejas tanto al despertar." Eros. Era él. Ella sentía una gran alegría dentro de ella, pero a la vez una gran decepción. Podía salir a la ventana, y ver que el estaba cerca, pero después se derrumbaba, al darse cuenta de que ya estaba enamorado, y no de ella.
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